Como respuesta a la prohibición que pesaba sobre las practicas culturales de los esclavos en Perú surgió el cajón a imagen y semejanza de los tambores que quería imitar. El tambor ocupa en las culturas de raíz afro un rol comunmente protagónico, siendo el arte un mecanismo para la acción y no para la distracción.
Aunque en diversas zonas portuarias de América haya registro del uso de cajones como instrumentos de percusión, es en Perú que se transforma en el sostén ritmico de las expresiones musicales de la comunidad de ascendencia africana, transformándose estas, luego de un largo proceso de visibilización y aceptación en exponente de la identidad peruana, más alla de la comunidad afroperuana.
Ricardo Moreno, reconocido luthier argentino que transitó los ultimos 50 años rodeado de tambores, frente a mi pregunta sobre cuando tuvo su primer contacto con un cajón, me dijo que desde siempre, desde antes de saber que existen como instrumento. Palabras mas, palabras menos me dijo: "¿o acaso vos no percutís cuanta mesa o tabla se te cruza?". Su primer cajón fue una mesita de luz que encontró en la calle (con patas y todo).
Conectar con el sentido primario del cajón nos ubica en su razón. Algo de ello es bueno conservar en cuanto al juego, a la exploración, en cuanto a no atarnos a verdades absolutas de construcción y ejecución; pero es también importante que no olvidemos que un cajón pretende ser un tambor...y lo es. El cajón habla la lengua de los tambores cuando dejamos de golpearlo para empezar a tocarlo. Para que el tambor que está dentro de esas maderas libere ese secreto, que cruzó un oceano de agua y de tiempo, que sobrevivió prohibiciones y llega a nuestras manos para que a traves nuestro cuente su historia.
Aunque en diversas zonas portuarias de América haya registro del uso de cajones como instrumentos de percusión, es en Perú que se transforma en el sostén ritmico de las expresiones musicales de la comunidad de ascendencia africana, transformándose estas, luego de un largo proceso de visibilización y aceptación en exponente de la identidad peruana, más alla de la comunidad afroperuana.
Ricardo Moreno, reconocido luthier argentino que transitó los ultimos 50 años rodeado de tambores, frente a mi pregunta sobre cuando tuvo su primer contacto con un cajón, me dijo que desde siempre, desde antes de saber que existen como instrumento. Palabras mas, palabras menos me dijo: "¿o acaso vos no percutís cuanta mesa o tabla se te cruza?". Su primer cajón fue una mesita de luz que encontró en la calle (con patas y todo).
Conectar con el sentido primario del cajón nos ubica en su razón. Algo de ello es bueno conservar en cuanto al juego, a la exploración, en cuanto a no atarnos a verdades absolutas de construcción y ejecución; pero es también importante que no olvidemos que un cajón pretende ser un tambor...y lo es. El cajón habla la lengua de los tambores cuando dejamos de golpearlo para empezar a tocarlo. Para que el tambor que está dentro de esas maderas libere ese secreto, que cruzó un oceano de agua y de tiempo, que sobrevivió prohibiciones y llega a nuestras manos para que a traves nuestro cuente su historia.
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