jugando ando

disponerse a aprender una disciplina artistica requiere algo de coraje y valentía. No porque hubiera grandes riesgos, si no porque implica adentrarse en un terreno desconocido. Es confrontarse con los propios límites, con los miedos al ridiculo y al fracaso, con las exigencias. Los tiempos de aprendizaje suelen ser mas lentos de lo deseado y habrá que trabajar la ansiedad y la frustración.
Cuando intento pensar en qué es la musica siempre la relaciono con el juego, con las ganas de explorar, de mezclar sonidos, de entregarse al momento. Vincularnos con nuestra capacidad de juego es la mas eficaz forma de adentrarnos a lo desconocido desde la curiosidad y el deseo y de esta forma desactivar el adulto adaptado al sistema que nos pide exito y resultados. Quizá esa sea una de las funciones del arte en esta sociedad, si es que debe tener alguna...quizá ese sea el sentido: el no tenerlo y simplemente seguir un llamado mas profundo del que no sabemos casi nada.

posibilidades que nos brinda la percusión

"La diferencia se produce con el ritmo, es gracias a el que se opera el pasaje del caos al orden. El ritmo es la verdad de esta comunicación primera con el mundo."
Paul Klee

 (foto tomada por Claudia Soto)

Cuando pienso en clases de percusión, se despliega un abanico grande de cosas a desarrollar que nos permite esta disciplina, algunas de ellas son:
la posibilidad de ampliar la percepción de los distintos ritmos y tempos con los que convivimos a diario (los de nuestro cuerpo, los de las emociones, los del entorno, los planetarios, etc).
entrenarnos en la coordinación y disociación de distintas partes de nuestro cuerpo
desarrollar diversas técnicas en la ejecución de un instrumento, lo que nos llevará a trabajar sobre el sonido, la relajación , la postura, el uso del peso. También nos vinculará con algunos géneros musicales por consecuencia nos vinculará un contexto histórico y social en particular (mas aún con ritmos de raíz afro, lo cual nos lleva a pensar la música mas allá del entretenimiento que nos propone/impone la sociedad de consumo)
trabajar sobre el desarrollo del par de opuestos (y complementarios como todos los opuestos) de TIERRA/AIRE y desde ahí desarrollar el entrenamiento ritmico en divisiones y subdivisiones, compases, sincopas, etc.
trabajar grupalmente en la recreación de ritmos que originalmente son colectivos nos llevará a un desarrollo de la escucha (tanto de los otros como de nosotros mismos), a la posibilidad de ser sosten o llevar el discurso musical desde la improvisación, a la percepción del fluir de la energía individual y colectiva, a la busqueda del equilibrio de la tierra y el aire en la musica, a la comprensión del todo y de las partes (reconociendo que el todo en música es mas que la suma de sus partes) entre tantas otras cosas.


a quienes enten interesados en las clases les cuento que las doy en el barrio porteño de Villa Ortuzar, frente a la estación Tronador del subte B. Si andás con ganas de mas data, llamame al 156-716-3190 o escribime a diegofcueto@yahoo.com.ar.
diego